PAPEL

Des-conexión, re-conexión. Vuelta a la realidad. Tus ojos, la prisa de los trenes que se van, los rayos del sol. La acribillante potencia del sonido de esa hoja de papel que cae al piso. Dos segundos después, somos el piso y la noche está dejándose encontrar. Allá afuera se inventan curas milagrosas para enfermedades desconocidas; se lanzan monos al espacio; se dan por abolidos los criterios preexistentes; caen imperios; nace pasto en las cargas de los techos; se dilapida hoy a los que creen, como ayer a los que no... (La hoja de papel da una vuelta graciosa en el espacio quieto, como si quisiera remontarse, volver por su camino de caracol del aire a la mano que la dejó caer) Afuera, lluvia, furia, gritos, sed de sangre; Risas de cristal partido; líneas transparentes; vasos comunicantes; incineradores de cerebros; vaciaderos de basura; danzas frenéticas de androides hipnotizados; distorsiones de la realidad; quiebres de la relación espacio-tiempo; hormigueros rotos; ciudades arrasadas por el fuego... Ahora la hoja de papel se entrega, renuncia a su lucha, se deja ir hacia la chatura del piso. Desde mi lugar, que puede ser a unos pocos pasos, o a muchos años de distancia, no alcanzo a ver qué palabras están escritas en el papel. Tampoco quiero saberlo. Afuera empieza a llover.

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