15-04-17 Está loco

Está loco. Cuando todo indica que lo mejor es desconfiar de todo, él propone confiar sin tener ninguna evidencia.
Cuando lo más lógico sería dejar que el mundo haga lo que hace rato viene haciendo mejor, que es destruirse con sus propias armas, él quiere dar la vida por el mundo.
Sí, es innegable. Está loco, y basta verlo: Apuesta al perdedor con una sonrisa y no se deja desalentar cada vez que lo decepcionan, sino que sigue esperando.
En una tierra de números, estadísticas; un mundo impersonal donde una pared basta para que lo que pasa a menos de treinta centímetros de nosotros deje de ser cosa nuestra, él propone el amor. Pero no como un modo de encontrar satisfacción personal, sino que va más allá y propone amar al que nos daña, para que por fin el legado del odio tenga un fin
Sí; tiene que estar decididamente loco. Anda por ahí, pasando entre la gente sin que reparen en él, y no le importa que lo ignoren. Le alcanza con estar, y confía en que van a verlo en algún momento.
Se podría decir que vive en una realidad paralela, diametralmente distinta a la nuestra. 
Pero, de vez en cuando, alguien con el alma en carne viva, con el corazón hecho tiras por la vida, lo escucha susurrar; una voz entre tantas voces. Lo escucha y enseguida se enamora de sus palabras. Y decide hacerlas suyas. Y a esa altura ya no puede hacer otra cosa que cerrar el libro para empezar a vivir el libro.
Es ahí cuando las mismas palabras, tantas veces reducidas a la nada por los que pretenden sólo usarlas sin sentirlas de verdad, se vuelven fuego, vida, y desatan una furia transformadora de la que nadie vuelve siendo el mismo. Entonces la historia empieza otra vez: Sale de la tumba, se sienta en el trono, y es el rey que todos necesitamos. El único que tiene algo para decir entre tanto ruido vacío. Su locura cobra sentido.


La terrible tragedia


La terrible tragedia de las hormigas a las que alguien les acaba de patear su ciudadela de tierra ocurre a escasos diez metros del patio en el que una anciana llora Dios sabe qué ausencias mientras la tele llena el silencio con las noticias de una toma de rehenes que ocurre a poco más de cien kilómetros, en tanto que del otro lado del mar arrasan ciudades enteras con armas químicas, todo dentro de un planeta que en pocos años no tendrá suficiente agua ni comida para sus habitantes, gente que, sin importar donde esté, al mirar al cielo encuentra las mismas estrellas de la misma galaxia que ahora ven las hormigas mientras tratan de restaurar su hormiguero.

Que haya siempre


Que haya siempre una razón para ser fuertes
Y una fuente que nos dé algo más que agua
Que se vuelvan a encontrar los que se quieren
Que se pierdan para siempre los que matan

Que haya luz hasta en la noche más oscura
Que haya sol hasta en la más fría mañana
Que se vuelvan multitud los que nos curan
Que enmudezca de una vez quien nos engaña

Que el dolor no nos bloquee más los ojos
Y podamos ver que hay alguien que nos llama
Que encontremos el sentido del otoño
Cuando el cielo es pura nube desolada

Que las hojas vulneradas por el viento
se hagan tierra en la que nazcan otras plantas
Y nosotros, aprendiendo de su ejemplo
Ofrendemos nuestra vida sin valuarla

Que sepamos que hay amor y hay ilusiones
Que jamás vamos a ver si no arriesgamos
Porque el aire vuelve lleno de canciones
Y nos arde el corazón si las cantamos

Y ya es hora de que se abran las ventanas
Para que entre el aire fresco que pedimos
Para que arda el fuego vivo que anhelamos
Ese gran generador de nuevas ganas
Esa furia que despierta los sentidos

Esa prueba de que Dios nos sigue amando