Tu risa


Una sonrisa -la tuya- recorre la noche y enciende las luces que mi mente exige. 
Tu sonrisa fabrica el día cuando la oscuridad no cede. 
Tu sonrisa reescribe la historia con un final a la medida de los débiles, y una única imagen posible: Las dos hogueras paralelas de tus ojos... 
La sonrisa que brota de tus labios no brota, escapa corriendo, salta como un desesperado equilibrista en llamas, se arroja sobre el público, se desternilla de risa al tiempo que se consume. Revoluciones pululantes y sangrientas que respiran bajo el agua de tsunamis que rebalsan por el borde de tus labios. Y son agua que regresa en oleajes permanentes para que haya realidades y ficciones que se confundan, que se abracen a mis ojos.
Porque esto -y hay que decirlo- no se trata de vos, que tal vez ni siquiera te des cuenta de todo lo que puede hacer tu risa.
No.
Esto se trata de mí; tiene que ver con el último bastión de resistencia acá adentro. 
La última batalla -batalla perdida de antemano, claro- de mis últimos soldados moribundos. 
Después, la derrota será la victoria, y saldré a festejar a las calles, siempre con tu sonrisa como bandera.

Cuerdas

Sentarse uno a desgranarse de a poquito
Una tarde, una vereda, un sol que muere
Una chica que a esta hora ya es recuerdo
Y los recuerdos que se queman, como el cielo
Como incendios que se extinguen en la noche

El cristal que quiebra el alma, quiebra el tiempo
La botella que contiene tus silencios
Ya se rompe
Sonreíme, dame labios... Yo te devuelvo horas de vida

Dejarse estar como una noche que no pasa
Inundarse del olor del campo, el aire...
La pasada primavera.
Con el tiempo bendiciendo cada paso

Sentarse uno a darle cuerdas a la vida
Y esperar que gire el mundo nuevamente
Una noche, tu cansancio, las mentiras
Sentarse uno a darle cuerdas a la muerte.

Luz entrando por una ventana


(...) "Primero fue una mancha en la cortina. Después fue corriendo por las rendijas de la vieja ventana de madera como un tajo dorado. De ahí, el rayo de sol bajó por el borde del ropero, cayendo en picada hasta estrellarse en el piso. Lo vi avanzar hacia la cama, tocarme los pies, y quedarse ahí esperando que me levantara y le hiciera justicia a tanto esfuerzo. 
Fueron unos cuantos minutos en los que olvidé por completo al resto del mundo como si estuviera en una prolongación del sueño. Los problemas pasaron a segundo plano. Esa línea de luz y yo fuimos todo el universo. 
Cuando la Biblia dice que “la misericordia es nueva cada día”, sabe de qué habla. No hay problema que no sea un poco –aunque sea sólo un poco- más llevadero con las primeras luces del alba. 
El olor de un nuevo comienzo lo atraviesa todo.
Es cierto que amanecen días en los que el horizonte está preñado de nubes plomizas como esas que aparecen en los libros de Wilbur Smith cuando alguien está por morir, pero aún así creo que siempre el regreso de la luz se vuelve redentor en sí mismo. La sensación de que hay algo que todavía nos falta probar, una salida alternativa, un detalle que tal vez no pudimos ver anoche.
No lo pensaba en ese momento, pero en la fascinación que me invadía mientras estaba siguiendo la evolución de ese rayo de sol había algo de manifiesto, algo de declaración de principios: Estaba eligiendo la vida. 
Sí. Elegía la vida, que es como decir que me proponía defender la felicidad aunque esta fuera el último pedazo de mundo flotando en el espacio después de una gran explosión.
Todo había explotado. El universo se había ido al diablo y las amenazas se habían convertido en horribles y desproporcionadas monstruosidades abalanzándose sobre mí, pero ahí estaba ese camino de luz, ese ángel silencioso que anunciaba el regreso de la esperanza.
Por primera vez en mucho tiempo, me levanté casi sin esfuerzo"

(ESTO ES PARTE DE ALGO QUE ESTOY ESCRIBIENDO DESDE HACE MUCHO Y TAL VEZ LLEGUE A SER UNA NOVELA BREVE. ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO)