16-01-12 Alegría

Besos del sol, las caricias amarillas de una brisa frutal que viene de algún sitio del monte. Luz que se descuelga entre las hojas en trayectoria diagonal, tobogán de niebla. Pasto mojado que acompaña los pasos descalzos. Hojas secas, blando colchón en el que los pies se hunden con placer. El canto de los pájaros, que es como suena la libertad. Una catarata de esa libertad se cae sobre nuestras cabezas. Murmurás algo que no entiendo, pero no pregunto. Contesto algo que no creo que escuches, pero me sonreís, con tus brazos cerrándose alrededor de mi cuello. Te miro a los ojos, tan de cerca que sólo veo uno, que son los dos al mismo tiempo (como en el juego del cíclope que describía Julio), y no sé si la luz está afuera o sale de esa mirada única. Más allá de las copas de los árboles, más allá de la inmensidad que se vuelve azul de tan llena de aire, Dios baila de alegría, los ángeles se desternillan de risa, y el mundo siente la onda expansiva de tanta felicidad.

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