27-09-2022 Por qué lo haríamos

Por qué lo haríamos. 
Por qué motivo iríamos hasta el borde del mundo. 
Qué nos haría levantar otra vez después de haber caído a los cinco segundos del primer asalto.
Por qué bajaríamos los pies de la cama, sabiendo que tal vez la presencia que nos asusta está ahí abajo, acechando en la sombra.
Por qué tendríamos ganas de reflejar la luz del sol que entra por la ventana, para llevarla al rincón en el que se adhirieron las últimas horas de la madrugada.
Para qué hablaríamos. Para qué, si las sombras son un argumento tan pesado e irrefutable.
Por qué buscaríamos algo más que estirar las comisuras de la boca hacia arriba o hacia abajo según corresponda.
Qué más decir cuando todo parece expresado. Qué paso sería el correcto, cuando nos tocó marchar en esta multitud de guerreros de terracota.
Por qué daríamos algún paso.
Y por qué yo no me estaría haciendo cargo de estas preguntas, si soy el que las enuncia; Por qué sumarte a vos, al punto de plantearlas en plural como hasta ahora...
Tal vez porque la noche sería más oscura sin vos.
Tal vez porque la mano que se estira en la oscuridad tiene que tocar otra mano que la andaba buscando. Y cuando dos manos se encuentran en medio de la noche, producen un estallido de luz, una provocación insolente dirigida al universo, una aceleración del proceso que convierte a las estrellitas en novas y supernovas.
Decir que existen dos que se encuentran es enunciar una refutación del vacío tan contundente que no hay física que valga. 
Cientos de volúmenes de apologética se pueden sintetizar en la tibieza que emana de un abrazo, o de una lágrima.
Hacemos lo que hacemos porque, como decía Julio, andamos para encontrarnos.
Claro que iríamos hasta el borde del mundo, y saltaríamos al vacío, y nos hundiríamos en el oleaje aceitoso de las dudas, y pelearíamos mano a mano con los monstruos que esperan debajo de la cama.
Claro que nos pararíamos después de haber caído de trompa en la lona pasados cinco segundos del primer asalto.
Claro que lo intentaríamos de nuevo.
Y de nuevo.
Y otra vez.
Lo haríamos porque este encuentro es todos los encuentros. Porque en este abrazo subyacen todos los abrazos que se dieron y darán en la historia del mundo. En este abrazo somos los primeros y los últimos. En este abrazo están todos los que se amaron antes, en la realidad y en la ficción. En las plazas, en las películas en blanco y negro, en los andenes, en las novelas de Corín Tellado, en los lugares comunes, en cualquier vereda sin alma que se convierte en única e irreemplazable sólo por haber sido el escenario de un encuentro.
Lo haríamos por todo eso, porque vale la pena, porque lo entendimos, porque rendirse nunca será una opción.
Lo haríamos, y en el hacerlo estarían respondidas todas las preguntas.

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