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Decálogo de cosas que te enseñaría tu YO del futuro


Uno. Errale en lo que quieras, pero nunca decepciones al niño que sueña. Te lo explico así: Mirá para atrás. En algún lugar de tu pasado hay un niño que sueña. ¿Ya te diste cuenta de que vos sos el único que puede cumplirle ese sueño? ¿Qué estás haciendo al respecto?
Dos, si ella te dice que esta noche te quedes, quedate. Nunca te vas a arrepentir de las noches que entregaste por amor.
Tres, si tus amigos te piden que te quedes, quedate, pero chequeá bien qué onda con el punto dos. Manejalo.
Cuatro. Cuando todos te aplaudan por lo que hacés, preguntate si vos sos feliz con eso. Si los aplausos no te llenan la panza, imaginate el alma.
Cinco. Es relativamente fácil conseguir, perder y recuperar la plata; el pelo no tanto, y la gente ni te cuento. La gente que vale la pena es bastante más difícil de encontrar. Y también es mucho más difícil recuperarla si la perdiste.
Seis. Cuando sospeches que estás siendo genial, cambiá inmediatamente de vereda, de calle, de planeta. Lo que haga falta. 
Siete. Si te aburrís, cambiá todo lo que haga falta. Cambiá de casa, de barrio, de silla, de menú, de serie... Pero si nada de eso da resultado, cambiate los ojos. Puede ser que estés mirando todo mal.
Ocho. Capaz que estás llorando ahora. Aprendé de estas lágrimas todo lo que puedas. Capaz que estás sonriendo ahora. Guardá este momento bien adentro, porque vienen noches en las que te van a hacer falta estas sonrisas.
Nueve. No insistas; no te puedo decir cuánto tiempo tenés para cumplir con este decálogo al pie de la letra, pero te tiro una pista: Si todavía no corriste bajo la lluvia hasta caerte de cansado; si no has permitido que un bebé atrape tu dedo índice y te haga sentir la poderosísima fuerza de ese puño diminuto, si todavía no leíste "La Noche a través del espejo", Si todavía no te enamoraste al punto de sentir que te dolía el pecho... Todavía te falta un buen trecho por recorrer.
Y diez. Disfrutá el camino. No pienso contarte de qué año vine hasta acá a decirte esto, básicamente porque no quiero. Averigualo vos. Viví con todas las ganas. Amá con todas las fuerzas y disfrutá cada mañana la incertidumbre de empezar un nuevo día. Si te tiemblan las piernas, vamos bien.

Evidencias de que llega la primavera

Evidencia 1: Hoy al amanecer el sol entró de un modo diferente por entre las cortinas, como llamándome y reclamando mi presencia.

Evidencia 2: Vos, y tu modo de mirarme.

Evidencia 3: Esas ganas de salir al aire, al sol, a la vida, Ese correr furioso de la sangre en las venas.

Evidencia 4: Los "panaderos" de diente de león. Poquitos. Los primeros, que aparecen abriendo camino a muchos otros que llegarán más adelante.

Evidencia 5: La flor del patio. Ella solita se basta para gritarle al mundo que la vida está triunfando de nuevo.

Evidencia 6: La niebla suave de la mañana. Una montaña de algodón desmenuzado en el horizonte.

Evidencia 7: El pájaro que detuvo su vuelo esta tarde en el marco de la ventana. Nos miramos. Y se fue volando sin haberse asustado.

Evidencia 8: Las canciones de la radio, que son las mismas, siempre repetidas, girando en una calesita sin final, pero ahora parecen significar otra cosa.

Evidencia 9: A uno se le hace que, después de todo, tal vez se pueda volver abuscar la fe, la esperanza y el amor, al punto del camino en el que los hayamos dejado.

Evidencia 10: La sensación de que algo mucho mejor está llegando...