Todos los
paisajes del alma.
Las suma de
todas las noches ofrendadas a esperar milagros ya negados de antemano.
El inconstante
fulgor de una llama que está por apagarse y vuelve a ser, para contradecir a la
noche pero sólo durante unos segundos.
Esa parcela
del recuerdo en la que todos los amantes se sienten uno solo.
El rechinar
de dientes en el frío y la desolada sequedad de los desiertos calcinados.
Todos los
paisajes del alma.
Todas las
versiones de la canción del viento entre las ramas de una planta reseca en
otoño.
Todas las
postales enviadas desde un ayer lejano y borroso.
Todas las
desilusiones de primavera.
Todos los
brindis por cosas que no fueron. Litros y litros de futuros imposibles.
Todas las
escaleras hechas con los palitos resecos de los sueños y las promesas.
Todos los
paisajes del alma.
Y uno a
estas horas de la noche, contemplándolos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario