Decálogo para el manejo de los sueños

Uno no soñar nunca. Dos en la noche los sueños
son más creíblemente sueños, pero a la siesta
Dios nos libre de los cuerpos, los besos, las caricias
Que se sueñan a la siesta. Digamos que Dos no dormir la siesta.
Tres nunca escribir lo soñado, no plagiar al yo que sueña
Cuatro no creerse uno los sueños,
Es como creer que la mañana va a traerla con el sol
Cinco sonreír mientras se duerme,
Por ahí la noche se lo cree y nos perdona
Seis ir de vez en cuando a la casa de ella
Animarse uno a confesarle que la ama
Siete jamás olvidar que los sueños son en principio malignos
Sus fantásticos universos degradan el mundo de la vigilia
Ocho emerger de vez en cuando, preguntar si todos viven
Y convencerse de que está todo normal cuando contestan
Nueve no escribir cartas a Morfeo
pidiendo absolución de pesadillas
ni especificando sueños eróticos
Y diez, como si hiciera falta decirlo,
Dormir de vez en cuando, pero sin más sueños
Sin más fantasía, sin más confusa trama zigzagueante
Que la piel real de su cuerpo.

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